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¿Qué sabes de la incontinencia urinaria en el embarazo?
En la gestación, la falta de espacio en el abdomen afecta, entre otros órganos, a la vejiga; por su parte, el aumento de peso incrementa la presión sobre el suelo pélvico.
Tener un bebé es una experiencia vital maravillosa. Sin embargo, la gestación también conlleva cambios fisiológicos que pueden afectarnos negativamente, como la incontinencia urinaria. Descubre cuáles son sus causas y qué podemos hacer para evitarla o sobrellevarla mucho mejor.
En la gestación, la falta de espacio en el abdomen afecta, entre otros órganos, a la vejiga; por su parte, el aumento de peso incrementa la presión sobre el suelo pélvico. Consecuentemente, la incontinencia urinaria es uno de esos “peajes” que quizás nos toque afrontar durante el embarazo y después de haber dado a luz.
¿Por qué podemos tener pérdidas de orina?
Ya durante las primeras semanas de embarazo, y aun cuando el embrión apenas alcanza un centímetro, el útero comienza a crecer comprimiendo la vejiga, que se encuentra debajo. Esto impide que pueda llenarse completamente y la necesidad de orinar es más frecuente.
Según avanza la gestación, la presión real que ejerce el feto sobre la vejiga va en aumento, haciendo más difícil el control de este esfínter. Además, las hormonas del embarazo afectan a los tejidos y músculos, como los del suelo pélvico, que se vuelven más blandos y lisos para facilitar el parto. Tras haber dado a luz, estos músculos quedan debilitados si no se han ejercitado, por lo que la incontinencia urinaria puede mantenerse. ¡Pero no nos alarmemos!
Tras el parto, nuestro propio cuerpo reactiva un proceso de reparación natural de los tejidos debilitados.
-Tanto durante como después del embarazo, debemos tratar de mantenernos en un peso adecuado y cuidar la alimentación para evitar el estreñimiento.
-Podemos contar con las compresas de la Gama TENA Discreet, creadas específicamente para estas pérdidas de orina.
¿Cómo puede ser la incontinencia?
1. De esfuerzo, cuando tienes algún escape al estornudar, reírte a carcajadas o realizar un salto, por la presión que estas acciones ejercen sobre la vejiga.
2. De urgencia, cuando el músculo de la vejiga se contrae, causando la necesidad de orinar antes de llegar al baño.
En cualquier caso, tras haber dado a luz es normal padecer incontinencia urinaria, y ésta puede alargarse entre dos y tres meses. Solo un 5% de los casos se convierte en incontinencia severa. Debemos abordar el tema con naturalidad, consultar a nuestro ginecólogo y tratar de recuperar la musculatura distendida.
Aparte de las recomendaciones arriba citadas, es bueno saber que podemos contar con absorbentes específicos para el pH y la densidad de la orina, como los de la Gama TENA Discreet. Cuentan con una nueva compresa discreta para pérdidas de orina leve y con dos tipos de protegeslips: TENA Discreet Mini y TENA Discreet Mini Plus.
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