"Físicamente cansados, espiritualmente llenos": los jóvenes del Jubileo despiertan al raso

Este domingo concluye el Jubileo de la Juventud, que ha congregado en Roma a miles de personas de todo el mundo -unos 27.000 españoles-

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"Físicamente cansados, espiritualmente llenos": los jóvenes del Jubileo despiertan al raso
Participantes en la vigilia en Tor Vergata. (Foto: Vatican Media)
Claudia Sacristán / EFE
Lectura estimada: 4 min.

Los primeros rayos de sol bañan la explanada de Tor Vergata, a las afueras de Roma, mientras centenares de miles de jóvenes se despierta tras pasar la noche en sacos de dormir o directamente sobre el suelo para acompañar al Papa en la misa con la que cerrará este domingo un Jubileo que no olvidarán nunca.

Ataviados con chaquetas que poco a poco se van quitando a medida que sube la temperatura, la legión de peregrinos del Jubileo de la Juventud recoge sus pertenencias y se preparan para asistir a la misa dominical que pondrá fin a este evento memorable.

"Físicamente un poco cansada, pero espiritualmente muy llena", resumió a EFE Jennifer, una peregrina ecuatoriana, mientras que Yasid, un joven de Puerto Rico que forma parte de una delegación de diócesis latinoamericanas comentó que el suelo estaba "un poco duro" pero que eso "forma parte de la experiencia".

La multitud, despierta desde hace horas o sin haber podido dormir, como confiesan algunos de los presentes, espera ahora impaciente el broche final de la semana, un último momento con León XIV antes de regresar a sus casas.

Muchos, como el grupo de Yasid, aún estaban dentro del saco de dormir o incluso dormidos cuando el papa León XIV llegó al recinto en helicóptero cerca de las 7:40 hora local (05:40 GMT).

Tras aterrizar en el helipuerto de Tor Vergata, el papa se subió al papamóvil para saludar a los centenares de miles de fieles que lo esperaban, en el cierre de una celebración que el Vaticano ha definido como "el momento más esperado" del Año Santo.

Sobre el fin de esta semana de Jubileo de los Jóvenes, Yasid reconoció tener "sentimientos encontrados": "Ha sido algo espectacular saber que hay gente que, por su fe y por la esperanza, se une. Ha sido algo grande para nosotros… y para mí", añadió.

Por su parte, Carlos Hernández, llegado a Roma desde Honduras, explicó que este domingo "quería aprovechar al máximo el último momento con el papa": "Quisiéramos que durara más", augura.


Una lluvia inesperada


En la jornada del sábado, muchos caminaron hasta Tor Vergata con esterillas y lonas para aislarse del suelo y un saco de dormir, en el caso de los más previsores, mientras otros simplemente durmieron, literalmente, al raso.

"Traíamos poco, pero encontramos algunos amigos que nos ayudaron y nos dieron donde dormir. La lluvia nos despertó", añadió el peregrino hondureño.

Durante la noche se registraron temperaturas en torno a los 20 grados y, bien entrada la madrugada, el campamento fue sorprendido por una fina lluvia que, aunque no duró, sí que fue suficiente para obligar a los peregrinos a buscar soluciones imaginativas para resguardarse de la lluvia.

Sacos, mantas, lonas... cualquier cosa con tal de cubrirse y resistir toda la noche. Así como muchas baterías portátiles porque el aguante de los teléfonos es limitado y estas dos jornadas jubilares han sido largas e intensas.

En la última semana, jóvenes de todo el mundo han llenado las calles de Roma invadiendo con sus banderas y sus cánticos todos los rincones de la ciudad antes de trasladarse a Tor Vergata para el fin de fiesta, el mismo escenario de la histórica Jornada Mundial de la Juventud de Juan Pablo II en el 2000.

Entre los grupos más numerosos; 27.000 españoles, nacionalidad con más participantes solo por detrás de Italia, algo que se notó por la gran presencia de banderas entre la multitud, así como grupos venidos de América Latina, Asia y Europa del Este.

Aunque aun no hay cifras oficiales, el Vaticano señaló que en la Vigilia del sábado participaron cerca de un millón de personas.

 

"Aspirar a grandes cosas"

 

El papa León XIV, en su intervención, ha animado este domingo a "aspirar a cosas grandes" y a no caer en el conformismo o el mero consumismo. "Aspiren a cosas grandes, a la santidad, allí donde estén. No se conformen con menos. Así verán crecer cada día la luz del Evangelio, en ustedes mismos y a su alrededor", dijo el pontífice durante su homilía desde el gran escenario del campamento de Tor Vergata.

Durante la misa, que clausuró una semana de actos y celebraciones con miles de jóvenes llegados a todo el mundo por el Año Santo, el papa sostuvo que "la plenitud de nuestra existencia no depende de lo que acumulamos ni de lo que poseemos", sino que "está unida a aquello que sabemos acoger y compartir con alegría".

Asimismo León XIV habló de la fragilidad humana, comparándola con la renovación constante de la naturaleza: "La fragilidad forma parte de la maravilla que somos", dijo.

Pero en su intervención ante la multitud congregada en Tor Vergata, en el mismo lugar en el que Juan Pablo II celebró una histórica Jornada Mundial de la Juventud hace medio siglo, el nuevo papa también agradeció la gran participación en este evento jubilar.

Una experiencia que, dijo, permite comprender cuál es el "verdadero sabor de la vida": no el conformismo "el aburrimiento o la mediocridad" sino la capacidad de acoger y compartir con alegría.

"Durante los días pasados ustedes han tenido muchas experiencias hermosas. Se han encontrado entre coetáneos de diferentes partes del mundo, pertenecientes a culturas distintas. Han intercambiado conocimientos, han compartido expectativas, han dialogado con la ciudad a través del arte, la música, la informática y el deporte", celebró.

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