El Almazán sumó un punto en casa en un encuentro que fue de menos a más y en el que terminó rozando la victoria tras una segunda parte de mayor autoridad. El conjunto soriano tuvo que sobreponerse a un inicio complicado, porque el Cristo Atlético salió con más ritmo y encontró pronto ocasiones claras. A los diez minutos, Hernández conectó una semivolea que avisó del plan palentino: presión media, intensidad alta y búsqueda constante de la portería de Álex.

Esa energía visitante se tradujo en el 0-1. Cesitar desbordó por la banda derecha con potencia, ganó línea de fondo y puso un pase raso al área pequeña. Mikel apareció libre para empujar y adelantar al Cristo Atlético en una acción que dejó al Almazán obligado a remar. El gol actuó como despertador para los locales, que comenzaron a estirarse, a juntar líneas y a ganar duelos que en los primeros minutos habían sido visitantes.

El empate llegó en una jugada a balón parado, una de las armas más fiables del Almazán esta temporada. Checa aprovechó un saque de esquina mal defendido para cabecear sin oposición y devolver la igualdad al marcador. El tanto asentó al conjunto soriano, que a partir de ese momento equilibró el juego y evitó que el Cristo Atlético volviera a tener la claridad ofensiva del primer cuarto de hora.

En la segunda parte, el Almazán dio un paso al frente. El Cristo Atlético intentó cambiar su plan, apostando por un juego más directo y buscando la espalda de la zaga local, pero la defensa adnamantina respondió con solvencia. Sin conceder espacios y con una salida más limpia desde atrás, los sorianos empezaron a acumular llegadas y a controlar el ritmo del partido.

Las ocasiones más claras del segundo acto fueron locales. Albitre y Óscar inquietaron la portería de Álex con disparos desde media distancia y acciones rápidas en zona de peligro, aunque la zaga visitante o la falta de precisión impidieron que el 2-1 subiera al marcador. Mientras tanto, el Cristo Atlético perdió presencia ofensiva y apenas pisó el área soriana con peligro, obligado a defender más cerca de su portería.

El tramo final fue completamente adnamantino. Con el equipo volcado y la grada empujando, el Almazán acarició el triunfo en la última acción destacada del encuentro: un potente disparo lejano de Óscar se estrelló en el larguero, botó fuera y dejó al público con un suspiro atrapado en la garganta.

El empate sabe a poco para un Almazán que terminó siendo superior y que tuvo en sus botas la jugada decisiva. Tras un primer tiempo de equilibrio y ajustes, el conjunto soriano dominó la segunda mitad con madurez y carácter, mostrando una versión sólida que mereció algo más que un punto. Un partido que refuerza sensaciones y que deja la impresión de que el equipo va creciendo en rendimiento y en confianza.