La concejala de Turismo, Yolanda Santos, y el artesano Santiago González Tejedor han presentado uno de los nuevos equipamientos turísticos vinculados a la micología que se están desarrollando en la ciudad dentro del programa europeo Mycotour.

Se trata de una colección de réplicas de setas, cerca de medio centenar de tamaño real y otras de gran formato, que permitirán mostrar los tesoros de los bosques de forma turística y lúdica, especialmente orientada al público familiar. Este recurso se suma a actuaciones previas como la mico-senda de Valonsadero, así como a materiales divulgativos como vídeos promocionales, guías, gafas de realidad virtual o la nueva web de referencia.

El proyecto www.mycotour.es, titulado "Vertebración e internacionalización de micoturismo en el medio rural", está financiado por el Ministerio de Industria y Turismo dentro del Programa Experiencias de Turismo España, con fondos europeos Next Generation y un presupuesto global de 1.279.762 euros. Lo coordina la Fundación de Innovación y Transferencia Agroalimentaria de Aragón y cuenta con el asesoramiento del European Mycological Institute (EMI) y el INIA-CSIC. Entre los socios figuran el Ayuntamiento de Soria, el Ajuntament de Vic, las diputaciones de Ávila y Teruel, la Asociación de Parques Micológicos de Aragón (MicoAragón), el Basque Culinary Center (BCC innovation) y e-Spain.

Santos ha subrayado la importancia de esta fase final de la subvención, que culmina el próximo 30 de septiembre tras más de un año de trabajo: "Queríamos que la ciudad contara con un espacio educativo y divulgativo que acerque el mundo de las setas a quienes nos visitan. En el monte tenemos una riqueza enorme, pero necesitábamos un recurso en la ciudad que mostrara, durante toda la temporada micológica, cómo son, cómo crecen y qué papel cumplen en el ecosistema".

La concejala ha añadido que "gracias a esta iniciativa se han adquirido réplicas de distintas especies, tanto comestibles como no comestibles, desde ejemplares de gran tamaño —como la amanita muscaria o los níscalos— hasta secuencias que muestran la evolución de una seta desde pequeña a adulta. Son verdaderas joyas, obras de arte que complementan otras acciones de divulgación como la micoguía, el calibre para recolectar con seguridad o las gafas de realidad virtual".

Por su parte, el autor de las piezas, Santiago González Tejedor, ha mostrado su satisfacción por participar en el proyecto: "Este encargo me ha permitido dedicarme a lo que más me gusta. Algunas piezas me han llevado hasta cuatro meses de trabajo. Son esculturas desmontables, ligeras, hechas en poliestireno, pensadas para transportarse fácilmente y usarse en exposiciones o ferias".

El artesano, con más de cuatro décadas vinculado a la creación en Rioseco, ha destacado la evolución de su técnica: "He querido llevar a la realidad nuestro vínculo con los hongos. Cada vez perfecciono más el trabajo y hoy estas piezas no tienen nada que ver con las primeras que hice hace quince años. Son versátiles, se pueden montar en distintos espacios y conservar adecuadamente".