Se incluirían pruebas clínicas, cursos de concienciación, y modificaciones legales para reforzar la seguridad vial en el transporte de pasajeros y mercancías
Las enfermeras podrán prescribir anticoagulantes orales
Hasta ahora podía recetar medicamentos para heridas, hipertensión, diabetes mellitus tipo 1 y 2 y quemaduras y ostomías
El Ministerio de Sanidad ha ampliado la lista de fármacos que pueden ser prescritos por las enfermeras, de forma que además de medicamentos para heridas, hipertensión, diabetes mellitus tipo 1 y 2 y quemaduras y ostomías, podrán recetar anticoagulantes orales.
La Guía de Anticoagulación Oral publicada por Sanidad en el BOE ha sido aprobada por unanimidad en la Comisión Permanente de Farmacia y cuenta con el visto bueno del Consejo General de Enfermería y la Organización Médica Colegial, entre otros representantes de los profesionales sanitarios.
Se trata de la quinta guía de indicación, uso y autorización de dispensación de medicamentos sujetos a prescripción médica por parte de las enfermeras, después de las referidas a los casos de heridas, diabetes mellitus tipo 1 y tipo 2, quemaduras y ostomías, si bien el Ministerio "continuará trabajando para la aprobación de nuevos textos", según ha informado este departamento en una nota de prensa este lunes.
El objetivo de estos documentos es definir los medicamentos sujetos a prescripción médica que los profesionales de la Enfermería pueden indicar, usar y autorizar su dispensación en determinadas situaciones y de forma protocolizada, ya sea para iniciar su utilización, modificar la pauta o prorrogar o suspender el tratamiento.
Con ellos se pretende proporcionar a los profesionales de Enfermería una serie de guías de práctica clínica y asistencial para la indicación de medicamentos en distintos procesos asistenciales, con la finalidad de mejorar la asistencia sanitaria en el Sistema Nacional de Salud (SNS).
Los fármacos incluidos en esta nueva guía son el acenocumarol, la warfarina y la fitomenadiona.
El tratamiento con anticoagulantes orales (TAO), con antagonistas de la vitamina K o antivitamina K (AVK), inició a emplearse hace 50 años y tiene por objeto alargar el tiempo de coagulación, hasta un intervalo eficaz y seguro, en el que se evite la aparición de trombos sin provocar riesgo de hemorragia.
Los más empleados son el acenocumarol y la warfarina; su uso ha resultado fundamental como carácter preventivo, mejorando notablemente el pronóstico de los pacientes con riesgo de enfermedad tromboembólica, ya que pueden evitar gran número de trombosis venosas profundas (TVP), embolismos pulmonares y embolias cerebrales.
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