Fundación Artemisan alerta: el abandono rural dispara el riesgo de incendios de sexta generación

La falta de gestión forestal y el exceso de combustible agravan el peligro en los montes españoles

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Fundación Artemisan alerta: el abandono rural dispara el riesgo de incendios de sexta generación
El autor esAndrea Pozo Ajates
Andrea Pozo Ajates
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La Fundación Artemisan alerta de que el abandono del medio rural y la desaparición de los usos tradicionales han dejado los montes españoles en una situación crítica, propiciando la aparición de incendios de sexta generación, extremadamente complejos de sofocar y con consecuencias devastadoras tanto en vidas humanas como en el medio ambiente.

Estos fuegos se caracterizan por su capacidad de modificar las condiciones meteorológicas de la zona, con llamas de gran altura, una elevada velocidad de propagación y la capacidad de abarcar amplias superficies. Incluso pueden generar tormentas eléctricas que, a su vez, alimentan el incendio y lo extienden a nuevas áreas.

Entre los principales factores que favorecen estos incendios está la acumulación de masa combustible en el monte, unida a la llamada regla del 30: vientos superiores a 30 km/h, menos de un 30 % de humedad y temperaturas por encima de 30 ºC, unas condiciones que se han repetido en los últimos días en España.

Más combustible por el abandono rural

La acumulación de combustible vegetal tiene su origen en la falta de gestión forestal y ganadera, consecuencia directa de la despoblación rural. La desaparición de prácticas tradicionales como la recogida de leña o el pastoreo —que actuaban como una "selvicultura preventiva contra incendios" sin coste para la Administración— ha creado un escenario perfecto para los grandes incendios, agravado por el abandono agrario.

A ello se suma una política forestal que en las últimas décadas ha destinado alrededor del 60 % de los recursos a la extinción, frente a un 20 % a la prevención y otro 20 % a otras medidas. Artemisan considera necesario reequilibrar estas cifras para impulsar la gestión forestal preventiva.

España cuenta con 28 millones de hectáreas de superficie forestal, pero gran parte del trabajo realizado en el pasado se ha perdido. Mientras que entre 1940 y 1995 se reforestaron 4,1 millones de hectáreas, desde 2011 apenas se han reforestado 560.000, de las cuales solo 129.000 corresponden a la última década. Paralelamente, cada año la superficie forestal crece en unas 150.000 hectáreas por el abandono de tierras agrícolas, sin que se realice gestión alguna en ellas.

Hacia un nuevo Plan Forestal

Ante esta realidad, la Fundación Artemisan reclama la creación de un nuevo Plan Forestal que refuerce la prevención, así como la necesidad de que las administraciones públicas gestionen sus propios montes e incentiven la ordenación de los privados, ya que solo un 20 % de la superficie forestal española cuenta con una ordenación adecuada.

También pide revisar una legislación demasiado proteccionista, que en muchos espacios naturales (parques nacionales, Red Natura 2000…) dificulta actuaciones clave como desbroces, podas, resalveos o quemas controladas, prácticas que históricamente han sido decisivas en la lucha contra el fuego.

La organización manifiesta su solidaridad con los afectados y agradece el esfuerzo de los profesionales y voluntarios que trabajan en la extinción, así como de quienes en el mundo rural mantienen la gestión del territorio pese a la burocracia.

En este sentido, subraya la contribución del sector cinegético, que invierte cada año 54 millones de euros en labores preventivas como la mejora de accesos, construcción de cortafuegos, podas, limpieza del monte y vigilancia, lo que convierte a los cazadores en un factor clave de alerta temprana, prevención y apoyo en la extinción.

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