El Jubileo diocesano reúne a cientos de cofrades en El Burgo de Osma

Más de 600 participantes y 14 pasos procesionales llenan de fe y música las calles burgenses en una cita inédita fuera de Semana Santa

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El autor esLuis Romera Calvo
Luis Romera Calvo
Lectura estimada: 4 min.
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El Burgo de Osma se convirtió este sábado en el epicentro cofrade de la provincia con la celebración del Jubileo diocesano de las cofradías, una jornada histórica que reunió a más de 650 participantes llegados desde distintos puntos de Soria. El encuentro, convocado por la Delegación Diocesana de Cofradías, reunió 14 pasos procesionales y 10 agrupaciones musicales en una tarde marcada por la devoción, el arte y la emoción compartida.

Por primera vez, las cofradías de la diócesis procesionaron fuera de los días de Semana Santa, y lo hicieron a cara descubierta, ofreciendo una imagen inédita que quedará grabada en la memoria colectiva.

La jornada comenzó a las seis de la tarde en la iglesia del Carmen, donde los cofrades participaron en un acto penitencial previo a la procesión, paso indispensable para obtener el Jubileo. Desde allí, el cortejo recorrió las calles del casco histórico —Seminario, plaza Mayor y calle Mayor— antes de llegar a la plaza de la Catedral y acceder al templo por la puerta de San Miguel.

El administrador diocesano, Gabriel Ángel Rodríguez Millán, presidió una eucaristía solemne en la que destacó el papel de las cofradías como guardianas vivas de la fe y la esperanza en los pueblos sorianos. "La victoria del pueblo de Dios no depende de la fuerza, sino de la fe", afirmó durante su homilía, invitando a los asistentes a ser "oración en movimiento" y "testigos alegres del Evangelio".

El administrador animó también a redescubrir la esencia del mensaje cristiano, perseverar en la oración y mantener la esperanza en medio de las dificultades. "Cristo no vino a buscar perfectos, sino a levantar al que cayó y encender la llama en el que ya no creía", recordó.

El delegado diocesano de Cofradías, José Damián Ferrero Monge, había definido días atrás esta convocatoria como "un momento histórico y sin precedentes" para la Iglesia soriana, una valoración que se cumplió con creces al comprobar la respuesta de los fieles.

La Cofradía de la Vera Cruz de San Esteban de Gormaz, la más antigua de la diócesis, encabezó el desfile tras la cruz procesional, mientras que el paso del Resucitado de Almazán lo cerró antes del clero y las autoridades. Entre ambos, desfilaron imágenes de la Semana Santa burgense y de otras localidades como Soria y Almazán, fruto de semanas de preparación y traslado.

La cita concluyó entre aplausos y emoción contenida, con la sensación de haber vivido una jornada de fe compartida y unidad diocesana que marca un nuevo capítulo en la historia cofrade de Osma-Soria.

El Burgo de Osma se convirtió este sábado en el epicentro cofrade de la provincia con la celebración del Jubileo diocesano de las cofradías, una jornada histórica que reunió a más de 650 participantes llegados desde distintos puntos de Soria. El encuentro, convocado por la Delegación Diocesana de Cofradías, reunió 14 pasos procesionales y 10 agrupaciones musicales en una tarde marcada por la devoción, el arte y la emoción compartida.

Por primera vez, las cofradías de la diócesis procesionaron fuera de los días de Semana Santa, y lo hicieron a cara descubierta, ofreciendo una imagen inédita que quedará grabada en la memoria colectiva.

La jornada comenzó a las seis de la tarde en la iglesia del Carmen, donde los cofrades participaron en un acto penitencial previo a la procesión, paso indispensable para obtener el Jubileo. Desde allí, el cortejo recorrió las calles del casco histórico —Seminario, plaza Mayor y calle Mayor— antes de llegar a la plaza de la Catedral y acceder al templo por la puerta de San Miguel.

El administrador diocesano, Gabriel Ángel Rodríguez Millán, presidió una eucaristía solemne en la que destacó el papel de las cofradías como guardianas vivas de la fe y la esperanza en los pueblos sorianos. "La victoria del pueblo de Dios no depende de la fuerza, sino de la fe", afirmó durante su homilía, invitando a los asistentes a ser "oración en movimiento" y "testigos alegres del Evangelio".

El administrador animó también a redescubrir la esencia del mensaje cristiano, perseverar en la oración y mantener la esperanza en medio de las dificultades. "Cristo no vino a buscar perfectos, sino a levantar al que cayó y encender la llama en el que ya no creía", recordó.

El delegado diocesano de Cofradías, José Damián Ferrero Monge, había definido días atrás esta convocatoria como "un momento histórico y sin precedentes" para la Iglesia soriana, una valoración que se cumplió con creces al comprobar la respuesta de los fieles.

La Cofradía de la Vera Cruz de San Esteban de Gormaz, la más antigua de la diócesis, encabezó el desfile tras la cruz procesional, mientras que el paso del Resucitado de Almazán lo cerró antes del clero y las autoridades. Entre ambos, desfilaron imágenes de la Semana Santa burgense y de otras localidades como Soria y Almazán, fruto de semanas de preparación y traslado.

La cita concluyó entre aplausos y emoción contenida, con la sensación de haber vivido una jornada de fe compartida y unidad diocesana que marca un nuevo capítulo en la historia cofrade de Osma-Soria.

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